A través de cada parábola hemos aprendido ideas poderosas que nos dotan de las herramientas correctas para vivir nuestra vida cristiana. Hasta este momento podríamos intuir que un buen seguidor de Jesús es el que se afana por leer la palabra, escuchar prédicas, etc. En los tiempos de Jesús, muchas personas le perseguían para escucharle, pero El quiso dejar una enseñanza clave sobre todo lo que habían escuchado de El: de nada les iba a valer ser reconocidos como oidores si no ponían de inmediato sus palabras en práctica. La parábola de la casa sobre a roca descrita en Mateo 24:7 es preciosa, leámos juntos:
Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.
Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.
Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
En esta parábola el Señor lanza una comparación directa a las vidas de quienes le escuchaban: o son prudentes, o son insensatos, no hay intermedio. Primero exploremos de que trata cada aspecto de la parábola. Tenemos una casa, que simboliza nuestra vida, tenemos una roca que simboliza a Cristo, y las lluvias, ríos y vientos, que simbolizan los problemas o dificultades que enfrentemos. Seguro hemos conocido personas que a pesar de sus tremendas dificultades no cesan de agradecer a su Creador, y salen adelante, y parecen tener una voluntad de hierro. También seguramente hemos conocido personas que al encontrar alguna dificultad menor, se derrumban completamente, y aún reniegan del Señor y su voluntad. Brevemente para tipo de persona, podemos decir según la palabra del Señor:
· El hombre prudente es quien se esmera por cumplir todo lo que el Señor manda en su preciosa palabra. Aún el que recién está aprendiendo, y se esmera con empeño a cumplir, está iniciando a construir su casa en la roca sólida llamada Jesucristo. Aún aunque pequeña, será imbatible su vida.
· El hombre insensato seguirá escuchando miles de prédicas, muchas voces, pero la apariencia de piedad de nada valdrá si no pone en práctica con cariño todo lo que el Señor le ha mandado.
El Señor nos dice en Mateo 11:30 “mi yugo es fácil, y ligera mi carga”, así que no creas que el poner en práctica sus palabras es algo imposible de llevar a cabo. No creas al enemigo que te está diciendo “es imposible cumplir lo que El pide”. Vivirás, poco a poco, una vida resplandeciente y sólida plantada en esta gran roca que es El.
Te bendecimos.
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